Me desperté temprano, con la inseguridad de siempre, quedándome parado mirando desde mi lado de la cama como respirabas, intentando saber si sigo estando en tus sueños, si sigo siendo el culpable de tu sonrisa en una tarde cualquiera, de esas en las que solo con un beso tocabas el cielo, de las que buscabas en mi cuello el refugio de un abrazo por partes, de las que al filo de soltarte eras capaz de desarmarme con la mirada, como quien escucha disparos al aire, cediendo a la necesidad de quedarte.
Quédate porque yo hare que nos sobren las razones y nos falten años; quédate un ratito mas, para poder seguir ganado batallas al invierno, encontremos los besos salvadores con sabor a nuevos que suban la temperatura para que vuelva el verano en el que por primera vez nos abrazamos.
Quédate un ratito mas, quédate.
40 vueltas al sol 